En un futuro próximo, la tecnología ya no será un obstáculo para transformaciones que reduzcan significativamente la necesidad de mano de obra en las fábricas. A medida que la tecnología mejore, la decisión de perseguir este objetivo dependerá principalmente de la economía de la planta. Los fabricantes que adopten la automatización y demuestren agilidad a la hora de remodelar sus estrategias operativas estarán en mejor posición para aprovechar esta ola.
Desde hace varias décadas, el sector manufacturero espera con impaciencia la llegada de fábricas totalmente automatizadas. En estas fábricas, la producción estaría perfectamente orquestada por una red de robots de alta tecnología, máquinas inteligentes y sensores, lo que ayudaría a abordar la escasez generalizada de mano de obra y al mismo tiempo reduciría significativamente los costos operativos. Con una mínima intervención humana, en teoría estas fábricas podrían funcionar en completa oscuridad, lo que les valió el sobrenombre de “fábricas sin luz”.
