Supera tu miedo a dar tu opinión

Supera tu miedo a dar tu opinión

Los gerentes a menudo tienen nociones preconcebidas que pueden obstaculizar la retroalimentación oportuna, útil y honesta sobre el desempeño. Tres de los prejuicios más comunes son: 1) la conversación sobre retroalimentación será larga y prolongada; 2) la retroalimentación debe ser perfecta; y 3) la retroalimentación puede malinterpretarse. Es comprensible que no quiera molestar a sus subordinados directos. Sin embargo, las reacciones y respuestas de otras personas a los comentarios están en gran medida fuera de su control. Que un empleado se lo tome como algo personal, se ponga a la defensiva, rompa a llorar, lo rechace, lo cuestione o lo acepte depende de muchos factores atenuantes. Sin embargo, debes comprometerte a hacer que tu parte de la conversación sea lo más útil y productiva posible. Esto implica articular una intención positiva para la retroalimentación, ser claro acerca de lo que está observando y pidiendo, nombrar el impacto, centrarse en las fortalezas, desarrollar próximos pasos viables y entregar la retroalimentación con cuidado y curiosidad.