Lecciones de asunción de riesgos de la piratería de BBVA

Lecciones de asunción de riesgos de la piratería de BBVA

FHermosos jefes Los bancos franceses están más preocupados por la política europea que por sus banqueros. En Italia y España se impusieron nuevos impuestos para castigar los aumentos de beneficios. El ascenso del populismo en Francia ha aumentado las preocupaciones. Cuando Emmanuel Macron anunció elecciones legislativas sorpresa en junio, los inversores en los bancos franceses fueron pacientes. Se espera que la ronda final de las elecciones, que se celebrará el 7 de julio, empodere a los gastadores imprudentes de la extrema izquierda o la extrema derecha. En una entrevista con Bloomberg en mayo, Macron hizo un inusual llamado político a favor de un mercado bancario más integrado, que incluya transacciones transfronterizas. Hoy, la fuerte caída del precio de la deuda pública francesa vinculada a las elecciones ha reavivado los recuerdos de los «bucles fatales» de la crisis de la eurozona de principios de la década de 2010, cuando las preocupaciones sobre la solvencia de los Estados y los prestamistas se alimentaban mutuamente.

Unas políticas más volátiles podrían hacer que los bancos europeos sean aún más estrechos de miras y menos ambiciosos de lo que ya son. La única excepción es el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), al que no se le puede acusar de ser ninguna de las dos cosas. El banco español obtiene más de la mitad de sus beneficios en México. Después de España, su mayor mercado es Turquía, donde la economía es tan mala que BBVA utiliza la “contabilidad de hiperinflación” en su contabilidad. Y ella no es una violeta tímida con ella. En mayo BBVA hizo una oferta hostil de 12 mil millones de euros (13 mil millones de dólares) para adquirir Sabadell, un rival español que estuvo cerca de comprar en 2020.