A pesar de nuevas pistas, este antiguo pez ha desconcertado a los científicos durante siglos

An illustration of a an eel-like fish with very long fins above and below its body and a transparent sac dangling from its abdomen

«Sabemos lo que no es», dice Donald Davesne, paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural de París, «pero no sabemos exactamente qué podría ser». »

La criatura compartió el nombre del género. Pegaso con polillas marinas, peces planos con narices acorazadas, desde que el naturalista italiano Giovanni Serafino Volta los describió por primera vez en 1796. “No tienen nada en común”, explica Davesne. “No sé qué estaba pensando ese tipo. »

Un fósil de pez en la roca muestra su columna vertebral y apéndices estrechos en forma de hilos que se extienden por encima y por debajo de su cabeza.
Los dos especímenes fósiles conocidos de P. volans (uno de ellos en la foto) miden sólo 3,3 y 5,6 centímetros de largo. Pero ambos carecen de cola, lo que podría contener pistas cruciales sobre el lugar del animal en el árbol evolutivo de la vida.Donald Davesne

Davesne y el paleontólogo Giorgio Carnevale de la Universidad de Turín en Italia examinaron los peces fosilizados, cada uno de menos de seis centímetros de largo, utilizando un microscopio estereoscópico y fotografías tomadas bajo luz ultravioleta. Basándose en la anatomía esquelética de los especímenes y el tamaño de las aletas, el dúo también descartó una estrecha relación con el pez remo, como habían sugerido recientemente algunos paleontólogos.

En cambio, Davesne y Carnevale notan similitudes con las larvas de natillas modernas y otros peces del grupo teleósteos, incluido un largo rayo de aleta dorsal que se extiende por encima de la cabeza (SN: 01/05/15). El pequeño abdomen del pez sugiere que sus intestinos probablemente colgaban en una bolsa debajo del cuerpo, como las larvas teleósteos.

Pero los peces fósiles en sí no parecen ser larvas, dicen los investigadores, debido a sus cuerpos relativamente grandes y sus esqueletos completamente osificados. No obstante, los fósiles podrían representar una aparición temprana de estas características larvarias, tal vez como parte de la explosión en la diversidad de peces de rayas espinosas que siguió a la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno hace unos 66 millones de años, explica Davesne.

Advierte que para confirmar una relación se necesitaría más información, como la cola del pez, que falta en ambos fósiles. «Un día, alguien encontrará otro espécimen aún mejor conservado», dice Davesne. «¡Eso sería genial!» »

Dado que los vínculos familiares de este pez no están claros, el dúo cree que necesita un nuevo nombre de género. Siguiendo la costumbre de Carnevale, Davesne eligió un apodo en honor a un músico fallecido que conocía personalmente. Se revelará una vez que el artículo se publique oficialmente.