El aumento de la violencia en las tiendas tras la pandemia de COVID-19 y la evolución de las políticas de prevención de pérdidas

El aumento de la violencia en las tiendas tras la pandemia de COVID-19 y la evolución de las políticas de prevención de pérdidas

El mundo minorista ha experimentado un cambio importante en la delincuencia desde el brote de COVID-19. Antes de la pandemia, los delitos en el comercio minorista consistían principalmente en hurtos, en los que individuos astutos intentaban robar productos sin ser descubiertos. Pero hoy estamos viendo una tendencia preocupante hacia un comportamiento más violento. Esta nueva ola de agresión pone en peligro a empleados, clientes y propiedades de las tiendas.

El cambiante panorama de la delincuencia en el comercio minorista

Con esta evolución de la delincuencia, los dueños y gerentes de tiendas enfrentan nuevos desafíos. El robo sigue siendo un problema, pero el aumento de los incidentes violentos ha hecho que los entornos minoristas sean mucho más peligrosos. Esta tendencia no es uniforme en todos los ámbitos: las tiendas que venden artículos de primera necesidad en áreas urbanas de alto tráfico generalmente corren mayor riesgo que los minoristas especializados y los ubicados en centros comerciales suburbanos.

Este mayor riesgo ha obligado a los minoristas a revisar sus estrategias de prevención de pérdidas. Ya no se trata sólo de detener el robo: proteger al personal y a los clientes es ahora una máxima prioridad, lo que lleva a los minoristas a adoptar enfoques más holísticos y proactivos para la prevención de pérdidas y la seguridad.

Medidas drásticas en zonas de alto riesgo

En respuesta al aumento del comportamiento violento, algunas regiones han visto a los minoristas implementar medidas drásticas para aumentar la seguridad. Por ejemplo, en algunos lugares de alto riesgo ha habido informes sobre el uso de pistolas paralizantes para someter a los ladrones. Estas medidas extremas generalmente se utilizan como último recurso y, a menudo, se observan en las tiendas de la zona que también aumentan sus tácticas de seguridad.

Los minoristas necesitan encontrar el equilibrio adecuado. Por un lado, deben velar por la seguridad de sus empleados y clientes; por otro, deben evitar parecer demasiado agresivos, lo que podría generar publicidad negativa. Encontrar el equilibrio adecuado entre garantizar la seguridad y mantener una imagen pública positiva es un desafío complejo al que se enfrentan hoy en día muchos minoristas.

Fortalecimiento de la seguridad de las tiendas: 6 estrategias clave

Para abordar estos desafíos, aquí hay seis estrategias que los minoristas pueden utilizar para mejorar la seguridad y crear un entorno de compras más seguro:

  1. Mejorar el control de acceso:Gestionar el número de personas en una tienda es crucial. Los sistemas de acceso sin contacto con reconocimiento facial pueden ayudar a identificar a los empleados autorizados y denunciar rápidamente a posibles intrusos. Estos sistemas pueden proteger una instalación en segundos utilizando tecnología remota y basada en la nube, manteniendo a todos seguros.
  2. Instalar dispositivos antirrobo:Las herramientas modernas como los sistemas de identificación por radiofrecuencia (RFID) y vigilancia electrónica de artículos (EAS) pueden detectar robos en las cajas y mejorar la desactivación en las cajas. Estas herramientas son particularmente efectivas contra el crimen minorista organizado (OCC) que apunta a artículos de alto precio, ayudando a los minoristas a centrarse más en mejorar la experiencia de compra.
  3. Subcontratar la gestión de seguridad minorista:No todos los minoristas pueden permitirse un equipo de seguridad a tiempo completo, razón por la cual opciones como los sistemas de monitoreo remoto son rentables. Asistencia profesional para la prevención de pérdidas Los minoristas pueden monitorear tiendas y productos con equipos de expertos que monitorean secuencias de video e informan actividades sospechosas. Este enfoque permite a los minoristas tener monitoreo las 24 horas del día sin los altos costos asociados con el mantenimiento de un equipo de seguridad interno.
  4. Formación en conducción antifraude:Debido a la escasez de personal, es esencial capacitar a los empleados para detectar y gestionar el fraude. La capacitación periódica sobre fraude demuestra que no se tolerará el robo y ayuda a los empleados a reconocer y reportar actividades sospechosas. A medida que las bandas ORC se vuelven más sofisticadas, la capacitación continua mantiene al personal informado y alerta.
  5. Utilice Analytics para monitorear el robo de empleados: Tecnologías como Análisis de datos para el comercio minorista puede ayudar a los equipos de prevención de pérdidas a identificar robos a nivel granular, centrándose en problemas específicos. La combinación de análisis con videovigilancia permite a los minoristas controlar a los empleados y el inventario, reduciendo el riesgo de robo y minimizando las pérdidas.
  6. Capacitar a los empleados para gestionar la violencia.: Proporcione a sus empleados capacitación avanzada para manejar con confianza situaciones violentas, incluidas técnicas para evitar conflictos. Anímelos a denunciar cualquier incidente de violencia y asegúrese de que los espacios al aire libre estén bien iluminados y sean accesibles para mejorar la seguridad general.

Priorice la seguridad sin sacrificar la experiencia del cliente

El aumento de la violencia en las tiendas tras la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la industria minorista, lo que requiere un cambio en las políticas de prevención de pérdidas. Los minoristas ahora deben priorizar la seguridad mientras luchan contra el robo. Al adoptar medidas de seguridad integrales, como un mejor control de acceso, dispositivos antirrobo avanzados y capacitación continua, los minoristas pueden enfrentar estos nuevos desafíos y proteger mejor su entorno.

Es fundamental encontrar un equilibrio entre seguridad y una imagen pública positiva. Por lo tanto, los minoristas deben adaptar continuamente sus estrategias para satisfacer estas demandas en constante cambio. La respuesta del sector minorista a este aumento de la violencia determinará su capacidad para proteger a las personas y las propiedades manteniendo al mismo tiempo un entorno empresarial acogedor. A medida que los minoristas se adaptan a estas nuevas realidades, la atención debe permanecer en estrategias flexibles y proactivas que prioricen la seguridad sin comprometer la experiencia del cliente.


Brian Brinkmann es el director de producto y marketing de Agilidadun proveedor líder de soluciones de análisis operativo y prevención de pérdidas para minoristas, tiendas de comestibles y restaurantes. Brinkmann es un veterano de la industria con más de 25 años de experiencia en llevar al mercado productos de análisis, minería de datos, aprendizaje automático e inteligencia artificial para mejorar el desempeño empresarial y organizacional.