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Hoy en día, el discurso público sobre la productividad laboral gira casi exclusivamente en torno al debate entre trabajar en la oficina y trabajar de forma remota. No soy partidario de esto porque tiende a reducir la productividad a una medida unidimensional.
Obviamente, el lugar donde se trabaja es importante, pero en los últimos años se ha exagerado la importancia de este factor. Esto, a su vez, permite a las empresas atribuir las deficiencias de productividad a su forma actual de trabajar e ignorar cuestiones más sistémicas. ¿Su equipo tiene las herramientas necesarias? ¿Están en línea con las prioridades de la empresa? ¿Tienen KPI claros y cómo se evalúa la productividad?
Además, aislar la productividad de otros indicadores clave del equipo, como la satisfacción, el compromiso y la motivación de los empleados, es, en mi opinión, absurdo: ¿de qué sirve un equipo ligeramente más productivo si es muchísimo más susceptible de parar?
Spotify y eBay se han comprometido con una política de trabajo desde cualquier lugar y lo están haciendo muy bien. A Amazon y Apple, después de introducir mandatos de RTO, también les está yendo muy bien.
En última instancia, la productividad no es tanto una cuestión de “mientras” sino más bien de “cómo”. No importa si trabaja desde un escritorio, un sofá o una cafetería: si se rompe la cultura de la oficina (remota), la productividad se verá afectada.
Entonces, en lugar de preguntarse si su equipo debería trabajar a distancia, la forma de aumentar la productividad es centrarse en factores más fundamentales. Aquí hay cinco características de una cultura de oficina productiva.
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1. Comunicación clara
En los lugares de trabajo exitosos, encontrará reuniones de equipo periódicas con resultados claros y procesables, canales abiertos para recibir comentarios y procesos transparentes de toma de decisiones. Los empleados tienen fácil acceso a la información necesaria y se sienten cómodos haciendo preguntas. Son conscientes de sus tareas, de sus plazos y de sus expectativas. También verá a los líderes dar el ejemplo comunicando excesivamente las prioridades y el progreso para mantener a toda la organización en la misma página y al mismo tiempo permanecer accesibles para sus empleados.
Esta alineación e intercambio de información permite a los equipos, remotos o no, mantenerse enfocados y evitar pérdidas de tiempo, malentendidos e improductividad sistémica.
2. Entorno colaborativo
Las oficinas de alto rendimiento cultivan la cooperación entre equipos y departamentos para derribar barreras, fomentar perspectivas diversas y permitir a los empleados abordar desafíos complejos de manera más efectiva. La colaboración no siempre ocurre de forma natural o productiva. Para beneficiarse de una manera que contribuya a los resultados de la empresa, la colaboración debe fomentarse y nutrirse a través de objetivos compartidos, prácticas dedicadas y liderazgo intencional.
Año tras año, colaboración ha sido nombrado como uno de los principales problemas que enfrentan los trabajadores remotos y generalmente se considera un beneficio importante de un entorno en persona. Si bien este punto ciertamente tiene mérito, es otro factor en el que, en mi experiencia, las prácticas, políticas y enfoques de la empresa son primordiales.
El trabajo remoto no impide el intercambio de recursos entre departamentos, las actividades de formación de equipos, el intercambio de conocimientos y la camaradería general, y trabajar en persona tampoco lo garantiza.
3. Un enfoque orientado a objetivos
Para que la comunicación y la colaboración sean efectivas, deben estar respaldadas por un enfoque orientado a objetivos. De lo contrario, sólo serán charlas y reuniones. Cuando los empleados individuales y los equipos completos comprenden el impacto directo de sus contribuciones en los objetivos generales, se fomenta un sentido de propiedad y responsabilidad. También da una dirección muy importante al trabajo que define tanto las tareas como su propósito.
Sin objetivos claros, toda actividad es productiva, dando una imagen engañosa de progreso cuando en realidad se trata principalmente de óptica. Un enfoque basado en objetivos garantiza que se dedique tiempo y esfuerzo a las prioridades más importantes, generando resultados tangibles para el negocio.
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4. Equilibrio entre la vida personal y laboral
Soy un firme defensor de un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal y de descansos durante la jornada laboral porque los empleados solo pueden dar el 100% cuando tienen el 100% para dar. Eso significa horarios flexibles, políticas de licencia generosas, beneficios centrados en apoyar la salud y desalentar firmemente cualquier trabajo y comunicación fuera del horario normal, con líderes que den el ejemplo.
En este punto, es importante señalar que uno de los beneficios comúnmente citados del trabajo remoto es un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Si bien no tener que viajar es un beneficio importante, la realidad es que los trabajadores remotos a menudo trabajan más horas, revisan el correo electrónico después del trabajo y, en general, les resulta más difícil mantener los límites entre su vida profesional y personal. Independientemente de cómo trabaje, depende de los líderes fomentar un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal y resistir la tentación de aprovechar el entusiasmo y la dedicación de las personas a cambio de beneficios a corto plazo.
5. Mentalidad de crecimiento
Por último, pero no menos importante, una cultura de oficina productiva suele caracterizarse por una mentalidad de crecimiento, tanto en relación con los objetivos de la empresa como con la mejora de sus empleados. Ya hemos cubierto el primero, pero el segundo es igualmente importante porque la capacitación y el desarrollo de los empleados contribuyen directamente a la productividad y adaptabilidad empresarial.
Las oportunidades de educación continua, los programas de tutoría y el reconocimiento de los esfuerzos y logros cultivan una mentalidad de mejora continua. Además, la inversión en el equipo a menudo fomenta la lealtad, especialmente cuando el crecimiento personal y empresarial se alinean, brindando oportunidades de avance profesional. Este es un motivador extremadamente poderoso que puede motivar a empresas enteras, especialmente a las que están en crecimiento.