Un buen suéter es como un acogedor abrazo hecho de hilo. Por eso, puedes agradecer la fricción.
Un nuevo estudio revela cómo los tejidos de punto puede tomar formas versátiles que les permiten adaptarse a los contornos de una cabeza o cuerpo. Este efecto es el resultado de la fricción entre bucles adyacentes de fibras que forman un tejido de punto, informan el físico Jérôme Crassous y sus colegas en la edición del 13 de diciembre. Cartas de examen físico.
Cuando un tejido se estira y se suelta, vuelve a su forma. Se podría imaginar que la tela siempre vuelve al tamaño y forma que tenía antes, como una banda elástica. Pero “no existe una forma única”, afirma Crassous, de la Universidad de Rennes en Francia. «Allá [are] muchas formas diferentes posibles. Estas formas se denominan «estados metaestables».
En una serie de experimentos, los investigadores estiraron un cuadrado de tejido de punto, creado con un punto básico llamado punto jersey, sobre un marco rectangular. Luego liberaron la fuerza y midieron la relación entre la longitud de la muestra y su ancho. Esta proporción varió según el estiramiento y la dirección del tejido, lo que indica que el tejido podría asumir varios estados metaestables.
Las simulaciones por computadora de bucles de fibra simplificados mostraron el mismo efecto. Y cuando los científicos redujeron o eliminaron la fricción en la simulación, la multitud de estados metaestables desapareció. Sin fricción, la tela siempre volvería a la misma forma.
Este fenómeno explica en parte el proceso que suelen seguir los tejedores después de tejer una prenda, llamado “bloqueo”, que implica mojar la tela, darle forma y secarla. Este proceso bloquea la tela en la configuración correcta para envolver el cuerpo abrigado.